Seguro que te has quedado con la boca abierta, pero es cierto.
En este artículo te voy a contar todo lo que necesitas saber sobre este curioso dato y por qué se da esta situación. ¿Te animas a seguir leyendo?
¿Qué lugar es ese tan lleno de Antonios?
No se trata de una ciudad, ni de una provincia, ni siquiera de una comunidad autónoma.
Se trata de un pequeño pueblo de apenas 300 habitantes, situado en la provincia de Cáceres, en Extremadura.
Su nombre es Antonio Cañizares y tiene el récord de ser el lugar con más «Antonios» por habitante de toda España.
Según el último censo disponible, de los 300 habitantes de Antonio Cañizares, 87 se llaman Antonio.
Eso significa que casi el 30% de la población comparte el mismo nombre.
Si tenemos en cuenta que en Jaén, la provincia con más «Antonios» de España, hay unos 40.000 de un total de 650.000 habitantes, el porcentaje es del 6%.
Es decir, en Antonio Cañizares hay cinco veces más «Antonios» que en Jaén.
¿Por qué hay tantos Antonios en Antonio Cañizares?
La explicación tiene que ver con la historia y la tradición de este pueblo extremeño.
Según cuentan los propios vecinos, el origen del nombre se remonta al siglo XVIII, cuando un noble llamado Antonio Cañizares fundó el pueblo y le dio su nombre.
Desde entonces, muchos de sus descendientes han seguido llamándose así, y han transmitido el nombre a sus hijos y nietos.
Además, el nombre de Antonio es muy popular en Extremadura, ya que es el patrón de muchos pueblos y ciudades de la región.
De hecho, el 13 de junio se celebra el día de San Antonio de Padua, y es una fiesta muy importante en Antonio Cañizares.
Ese día, todos los «Antonios» del pueblo se reúnen para celebrar su onomástica y compartir una comida típica a base de migas, chorizo y vino.
¿Cómo es vivir en un pueblo con tantos Antonios?
Puede parecer que vivir en un pueblo con tantos «Antonios» puede ser un poco confuso, pero lo cierto es que los habitantes de Antonio Cañizares tienen sus trucos para diferenciarse unos de otros.
Por ejemplo, algunos usan apodos relacionados con su oficio, su aspecto físico o su personalidad.
Así, podemos encontrar a Antonio el Panadero, Antonio el Cojo, Antonio el Gracioso o Antonio el Gordo.
También hay algunos que usan su segundo nombre o su apellido para evitar confusiones.
Por ejemplo, Antonio José, Antonio Luis o Antonio García.
Y por supuesto, no faltan los que recurren al humor y se llaman entre ellos por nombres diferentes, como Pepe, Juan o Manolo.
Lo que está claro es que vivir en un pueblo con tantos «Antonios» tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Por un lado, puede ser divertido y original tener un nombre tan común y tan propio a la vez.
Por otro lado, puede ser un poco aburrido y monótono no tener mucha variedad a la hora de elegir nombre.