Pedro Alcalde, nacido en Los Villares de Jaén, fue un capitán que luchó contra los franceses.
Él y una partida de guerrilleros lucharon en la Guerra de la Independencia. Se enroló en las milicias españolas en 1808.
Por línea materna, Pedro del Alcalde provenía de la ciudad de Jaén, por la que siempre sintieron gran afecto sus abuelos.
Cuando murió la abuela paterna, la familia de Pedro del Alcalde no andaba muy bien de recursos pecuniarios.
Pedro del Alcalde Había ejercido de labrador en las pocas tierras que poseía y estaba considerado como el más diestro cazador de los contornos, siendo conocido por su gran puntería.
Con el tiempo, su nombre tomó dimensiones de leyenda y se convirtió, junto con sus compañeros, en la persona más buscada y temida de toda la serranía de Jaén.
Fue nombrado capitán de Milicias Honradas, al margen de otras condecoraciones que perdían en su zamarra campesina.
Entre sus hechos más importantes destacan:
– La conquista de Martos, donde, aprovechando la debilidad de la guarnición francesa allí existente, entró en la ciudad y la devolvió a dominio español.
– La denominada «hazaña del Ejido», en la que apostó, después de perseguir a los invasores durante un buen rato, en una azotea de una casa de Jaén, los tiroteó, matando un oficial y un numéro elevado de soldados; el secuestro del aprovisionamiento destinado a abastecer las tropas imperiales, con más de 1.700 cabezas de ganado, que supuso grandes quebraderos de cabeza para las mismas.
– Su participación en la Batalla de Bailén, sin tomar en cuenta todas las demás escaramuzas y luchas que mantuvo en sus tres años de actividad que lo auparon a ser el personaje más querido y apreciado del pueblo jiennense tomando atisbos de leyenda.
Víctima de una oscura traición, fue capturado en junio de 1811 en Benamegí (Córdoba) tras el fallido intento de la conquista de alcalde te, y fusilado posteriormente.
Como no hubo verdugo para ahorcarlo, los franceses lo fusilaron el 7 de junio sobre el muro del Arco de San Lorenzo.
Y mostrando su vileza, colgaron el cadáver de Pedro del Alcalde de la horca puesta en la Plaza de Santa María, para escarmiento del pueblo.
Otro «pedacito» más de la historia de esta provincia, JAÉN, que muy pocos conocen.