¿Qué significa una tijera clavada en una manzana?
Cuando vamos a ver las cruces de Mayo por Jaén, nos encontraremos en ellas una manzana con unas tijeras clavadas.
¿Sabes por qué?
Se suele colocar en cada cruz una manzana con unas tijeras clavadas.
Y os preguntaréis porqué, pues es para evitar las críticas de aquellos que se acercan a las cruces y siempre sueltan el «peeeeero… se podría haber decorado así, o asá, o falta esto y lo otro».
¿Cómo te has quedado?
Por lo visto en Andalucía suelen llamar a la manzana «pero», e incluso en el Diccionario de la Lengua española se recoge tal acepción: pero. (Del lat. pirum). m. Variedad de manzano, Fruto de este árbol.
Las tijeras clavadas en «el pero» están precisamente para eso, con la intención de cortar los peros.
Y es que al acercarse la gente a las Cruces suelen decir:
«Es muy bonica, pero… me gusta más la de fulanito, o la del año pasado, etc.»
Se trata de una indirecta al observador recordándole que corte «los peros», es decir las críticas. Es un juego de palabras. Curioso ¿verdad?, y muy bien pensado.
Muchos de vosotros os esperábais una explicación más formal a este hecho, pero en realidad se trata de un sencillo juego de palabras, una anécdota simpática.
Indicar que esta larga tradición del pero y las tijeras no es exclusiva de la provincia de Jaén, ya que en otros lugares como Granada, también encontramos dicha manzana a los pies de la Cruz.
¿Qué debe llevar una cruz de mayo?
Si eres de lo que te gusta esta fiesta tradicional, descubre ¿Qué no debe faltar en una cruz de Mayo?:
El pero y las tijeras
Una de las más importantes tradiciones de la fiesta es la de colocar un pero (manzana) atravesado por unas tijeras. Entre todos los elementos que adornan las cruces no debemos olvidar observar el famoso pero atravesado.

Dice la tradición que tan singular y llamativo adorno aparece allí para cortar cualquier ‘pero’ o defecto que se le pueda poner a la cruz, de este modo se evita que cualquier persona cuando vea la cruz y alabe su belleza pueda sacarle algún defecto.
Se acaba así con las típicas frases de «ésta cruz es muy bonita y está muy bien montada, pero…».
Las tijeras cortan todos esos peros.

La cerámica
Cerámicas, objetos de taracea, tejidos artísticos, cobres o piezas de madera tallada se ofrecen al visitante de la cruz.
Los orígenes de esta cerámica se remontan al siglo XVI como continuidad de la cerámica de fabricación musulmana.
Desde entonces pocos cambios han experimentado, ni en su técnica ni en los temas y formas tradicionales que adopta.
Su nombre proviene de los alfares y hornos existentes junto a la Puerta de Fajalauza en el Albaicín.
El rasgo más característico de esta cerámica son los personales dibujos que incorpora en colores azul, verde y morado.
Los tejidos

Los tejidos tampoco faltan entre las muestras artesanales que ofrece una cruz de mayo.
Las conocidas jarapas, hechas con tiras finas nudosas de lino en colores nítidos, aparecen colocadas en muchas cruces junto a tapices y alfombras con los llamativos colores.
Siempre ha sido muy tradicional adornar el entorno de la cruz con colgaduras en balcones y ventanas.
De siempre los vecinos de las calles o plazas donde se han montado cruces han engalanado sus balcones con mantones o las colchas o mantelerías más bellas del ajuar doméstico.
El altarón

Tradicionalmente, la cruz de mayo ha mostrado un altarón de distintos peldaños.
En estos escalones los vecinos colocaban todo tipo de adornos, y siempre el lugar más alto y destacado quedaba reservado para la instalación de la cruz.
Hoy en día muchas cruces ya no tienen este altarón, pero siempre hay que fijarse en que, precisamente, la cruz ocupe el lugar más destacado o visible del montaje.
El clavel

Desde los orígenes de la fiesta, lo habitual siempre ha sido revestir la cruz con claveles.
El clavel rojo, tan típico de la ciudad, siempre ha sido la estrella.
A pesar de ello, muchas veces vemos cruces decoradas con otros motivos, desde frutas a huevos, material escolar o cualquier otro elemento decorativo, que podemos encontrar en las cruces.
Fíjense bien, porque en la variedad está el gusto.