Cuenta la leyenda que en las inmediaciones de La Imora, cuando la loma cae llena de esparto hacia la cañada de Regordillo desde el camino de Valdeastillas.
Vivía una familia en una casería señorial, sus familiares la remodelaron generación tras generación.
La casería era de grandes dimensiones y con motivos decorativos, tenía un gran salón con chimenea y 8 dormitorios que los temporeros utilizaban cuando llegaba el tiempo de la aceituna, un bello porche lleno de parras y árboles frutales que daban una gran sombra.
Junto a la casa había una piscina azulejada que en invierno servía para regar las olivas y la hortaliza, en la lonja unos bancos de azulejos ornamentados con motivos florales y una mesa de piedra rectangular remataban el bello
Tras la casería se podía apreciar un establo donde se guardaban los animales y los caballos ya que la familia se dedicaba al ganado y al olivar.
La familia tenía una hija de corta edad que siempre andaba pegada en las faldas de la madre ya que no estaba acostumbrada a ver a mucha gente, solo la que transitaba por la antigua carretera de Martos, que no eran muchos.
Un día de verano el padre subió al cerro a coger esparto para preparar la Liria y poder cazar pajarillos.
Al volver se refrescó un poco en las aguas del escaso río Regordillo para sofocar la calor antes de subir la pequeña loma, al llegar a la casa gritó el nombre de la niña como solía hacer siempre cuando volvía a casa.
Pero la chiquilla no salió, la madre salió aturdida y adormilada ya que era la hora de la siesta y al buscarla por toda la casa no la hallaron, al pasar el sombrío parral pudieron ver el cuerpo flotando del la pobre María, que yacía muerta en las aguas de la piscina.
La familia no pudo seguir viviendo en la casa por el dolor de la pérdida de su única hija y abandonaron la casa hasta caer esta en ruinas.
Alguna personas que transitaban el camino antiguo de Martos, decían haber visto a una niña entre las ruinas de la casa, lo que les extrañaba por el estado ruinoso de la casería.
Sobre 1999 la casa fué demolida totalmente y la piscina rellenada con los restos de la casería.
No sabemos si para enterrar definitivamente el alma de María, ya que aunque la casería estaba en ruinas aún conservaba bastante belleza por sus azulejos y motivos decorativos.
La casería está en el margen derecho ascendente tras pasar el río Regordillo.