Cuentan que en las profundas grutas de Sierra Mágina se esconden unos seres extraños, los “juancaballo”.
En la mitología española existía una figura similar a los centauros de la mitología griega, que según las diferentes leyendas moraba en esta sierra de Jaén.
Los describen como un ser mitad hombre, mitad caballo (similar a un Centauro), dotado de gran fuerza, ferocidad y astucia.
Vivía en la sierra y era muy difícil de ver ya que se ocultaba en secretas grutas y cavernas, como los cerros de Huelma y sierra del Natin.
Se cuenta que estaban dotados de gran fuerza, ferocidad y astucia. Igualmente eran malignos, crueles, y se alimentaban de carne humana y les gustaba vivir bajo la luz del sol.
Prueba de que los «juancaballos» existían, aparte del relato de algunos hombres aterrados que sobrevivieron a su ataque, estaba la imagen labrada en piedra, en la fachada de la iglesia del Salvador de Úbeda.
La población de Úbeda estaba tan atemorizada que se hizo un relieve en los contrafuertes de la fachada de la Sacra Capilla de El Salvador para exorcizar y así eliminar el miedo, y suplicar la protección a la divinidad.
Realmente, lo que podemos ver en este relieve es más bien la representación de un episodio mitológico de la literatura griega:
Asimismo, la leyenda cuenta también, que los cazadores decidieron matarlo pero sus intentos fueron en vano. el concejo de la ciudad ofreció recompensa a mercenarios , los cuales tampoco lo lograron.
Así, el monstruo estuvo varios años aterrorizando a la población, hasta que ofrecieron a un reo de gran fortaleza que estaba condenado a muerte, perdonarle la vida y concederle la libertad si daba fin a la fiera.
Finalmente, el forzudo acabó con ella y para evitar que saliera otro monstruo de su guarida, llamada la “Huerta del Caballo”, se le puso a la entrada una fuerte reja que aún hoy existe.
El célebre escritor jienense Antonio Muñoz Molina, se hace eco de esta popular leyenda en su novela «El jinete polaco, premio Planeta en 1991“.