Investigadores del conjunto ‘Ingeniería Química y Ambiental’ de la Universidad de Jaén han demostrado la capacidad de una bacteria para suprimir metales pesados, como la plata o bien el plomo, de las aguas residuales.
La ventaja que tiene este descubrimiento en las plantas de tratamiento de agua, es que no genera lodos residuales, cuyo tratamiento produce elevados costos en estas plantas y, además, al estar cargado de estos materiales peligrosos, no pueden volverse a utilizar.
De lograr su empleo industrial, el tratamiento de aguas contaminadas sería considerablemente más eficaz y económico.
Para el desarrollo del proyecto, los expertos partieron del estudio de cuarenta y ocho microorganismos entre hongos, diastasas y bacterias, hasta llegar a la especie más ideal para sus propósitos.
Se trata de identificar al que asimile más cantidad de plata y que no suponga un riesgo añadido en las aguas tratadas.
La escogida fue la bacteria Klebsiella sp. 3S1, de la misma familia que la bacteria que causa la neumonía, mas sin su acción patógena. Klebsiella sp. 3S1 es un microorganismo que está presente en la naturaleza y no está modificado genéticamente.
Los investigadores apuntan que estos metales se cuantifican en millones de toneladas todos los años en toda Europa, procedentes, en gran medida, de vertidos de las industrias metalúrgicas.
Al no ser elementos biodegradables, su acumulación aumenta el inconveniente conforme pasa el tiempo.
Las investigaciones han formado parte de un proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo en el que estudian diferentes organismos como diastasas, hongos, algas, bacterias y cierta flora acuática con capacidad de concentrar metales y de acumularlos dentro de su estructura.
El objetivo es “conseguir biorremediadores eficientes que cumplan una doble función siendo descontaminantes, por una parte, y recicladores de las substancias que asimilan, por otro”.