En un giro cómico de los acontecimientos que podría haber salido de una película de enredos, una persona en Andújar decidió que la mejor manera de animar su día era simular un robo… ¡en su propia casa!

Sí, has leído bien.

Al parecer, organizar una fiesta sorpresa ya no está de moda; ahora lo que se lleva es montar una escena de crimen ficticia.

Imagina la escena: objetos esparcidos por el suelo, muebles ligeramente desordenados (pero no demasiado, no vaya a ser que algo se rompa de verdad), y nuestro protagonista en el centro de todo, tratando de parecer lo más víctima posible.

Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes de que las autoridades se dieran cuenta de que algo no cuadraba.

¿Quién habría pensado que fingir un robo requería tanto detalle y precisión?

La situación se volvió aún más hilarante cuando la policía llegó al lugar.

Entre explicaciones confusas y un escenario de «robo» que parecía sacado de una comedia de bajo presupuesto, no tardaron en descubrir la verdad.

Y así, lo que comenzó como un intento de engaño terminó con una detención no tan dramática, pero definitivamente digna de recordar.

Este incidente nos recuerda que, aunque la vida puede ser a veces un poco monótona, intentar animarla con un delito ficticio quizás no sea la mejor idea.

Y para aquellos que buscan un poco de emoción, quizás sería mejor optar por un pasatiempo más convencional.

¿Qué tal el paracaidismo? O, ¿una maratón de películas de misterio, tal vez?