Ésto no deja de ser una mera anécdota dentro de la historia de esta ciudad, Jaén.
Se encontraba nada más y nada menos, frente a la entrada de la diputación y al lado de la Catedral, en la plaza de San francisco.
Y es que a finales del siglo XIX, la ciudad contaba en pleno centro y cerca de la Catedral de Jaén, con una estructura en forma de kiosco que originó todo tipo de controversias, llegando a ser «famosa» mientras duró.
Las columnas mingitorias o urinarios fueron unos espacios reservados para orinar por parte de los viandantes y que los Ayuntamientos gestionaban.
Eran normalmente construidas en piedra y se encontraban repartidas por las ciudades durante al menos la segunda mitad del siglo XIX.
Pero siguiendo con lo anterior, en Jaén lo curioso es que gracias a la prensa de la época, conocemos cómo eran nombrados de manera frecuente el mal funcionamiento de las mismas, ya que eran recogidos en las gacetillas de los periódicos la tendencia surgida en la Europa del siglo XIX sobre la Higiene Pública que cualquier ciudad moderna habría de aspirar.
¿Pedimos que vuelva?