El ataque fue una sorpresa, ya que la ciudad no era un gran enclave militar y no había razón para esperar un bombardeo de Jaén.
El ataque se produjo de golpe, a las cinco y veinte de la tarde, hora que estaba marcada desde hacía varios días en el reloj de la iglesia de San Ildefonso, que estaba bloqueado.
En consecuencia, la población no estaba preparada, no había baterías antiaéreas y no se dio la alarma.
Por ello, el bombardeo de Jaén fue uno de los peores de la guerra civil, no muy diferente al de Guernica.
Los aviones rodearon Jabalcuz y llegaron a la ciudad a baja altura, divididos en dos formaciones en forma de cuña.
Tras este bombardeo, la ciudad promovió la construcción de seis refugios en los que la población pudiera resguardarse en caso de repetidos ataques aéreos, con un presupuesto de 1.329.971,44 pesetas.
Un total de 35 refugios fueron construidos por el ayuntamiento y 114 por particulares en casas privadas.
Ese día, un grupo de aviones de la Legión Cóndor alemana, que apoyó al ejército de Franco durante la Guerra Civil española (1936-1939), atacó la ciudad, matando a 159 personas e hiriendo a 280, la mayoría de ellas mujeres y niños.
El militar rebelde Gonzalo Queipo de Llano ordenó a estos aviones bombardear la capital andaluza ese día.
Este suceso no es tan conocido como los atentados de Gernika, Barcelona o Almería.
El enorme órgano de la catedral fue desmontado y sus tubos instalados en el castillo y en las torres de la propia catedral para simular la existencia de un gran número de pilas en la privilegiada ubicación de los dos edificios.
Un episodio triste y aterrador que poca gente conoce….