Una figura poco conocida, pero que fue clave importante en la historia de esta tierra, y el reino de España.
«Durante cinco siglos estuvieron los árabes en Jaén. La consideraron como una gran ciudad. Le dieron walí, levantaron mezquitas, construyeron fortificaciones y palacios».
¿Has leído ésto alguna vez? ¿Te suena?
Conquistada Jaén por Abdelaziz, en el siglo X sería la capital del reino moro llamado Dijaryan.
Los almorávides la incorporarían a su imperio en 1091 y los almohades la ganarían en 1148.
Con los árabes Jaén, la cora de Yayyan, es una excelente tierra regada por abundante agua que fluye en forma de ríos y fuentes, poseedora de gran cantidad de cultivos y abundante cereal, bosques frondosos, así como de una famosa industria de tapices y utensilios domésticos de madera que se exportaban por todo Al-Andalus y el Magreb.
Durante los cinco siglos de dominio árabe, Jayyān fue considerada como una gran ciudad.
Tras la conquista de la península por los árabes la ciudad recobró su importancia, convirtiéndose en la capital de la taifa de Jaén.
«Se le concedió un walí y se levantaron mezquitas, fortificaciones y palacios».
Ya tenemos un pequeño resumen para ponernos en antecedentes, y ahora… ¿Qué queremos decir con Walí o Valí de Jaén?
Un valí (en árabe, والي [wālī] o ولي [walī]) es un cargo existente en muchos lugares del mundo árabe e islámico que equivale al de gobernador.
El territorio gobernado por un valí se llama en árabe wilāya, que ha dado lugar al turco vilayet, y éste al castellano vilayato.
En el Imperio otomano el sultán nombraba a los valíes y (en principio) dependían directamente de él. El valí ostentaba tanto el poder civil como el militar.
Fuera del uso político el wali también significa encargado o próximo, por lo que en los textos religiosos tiene varios usos.
Pero, ¿Quién fue el Walí de Jaén?
Su nombre es Abd Alláh ben Muhammad al-Bayyasi y fue un noble almohade natural de Bayyasa (actual Baeza) que se alzó en contra del califa Al-Adil, nombrándose emir de Baeza.
En 1224 llegó a controlar gran parte de las actuales provincias de Jaén, de Córdoba y la zona fronteriza del sur de Badajoz y Ciudad Real.
Era hijo de Abu Abd Alláh Muhammad ben Umar (valí de Bayyasa) y bisnieto del califa Abd al-Mumin.
Nació en la ciudad de la que era natural su padre y por ella se le dio el sobrenombre de «al-Bayyasi» (el Baezano).
Es una figura poco conocida, pero que es parte de la historia en la provincia de Jaén.
En 1224 Fernando III había lanzado su primera campaña contra territorio musulmán.
Al-Bayyasi se entrevistó con él en Baños de la Encina estableciendo un pacto, entregándole uno de sus hijos como rehén.
De esta forma se aseguró la ayuda de Fernando frente a posibles ataques, mientras que el rey castellano obtuvo la neutralidad del Baezano, con lo que pudo atacar Quesada, arrasando sus defensas, prosiguiendo después en una larga correría por el Guadalimar y Guadalquivir, llegando hasta las proximidades de Jaén.
Al año siguiente, Fernando III recibiría el vasallaje efectivo de al-Bayyasi, quien debió colaborar y entregarle primero Andújar y Martos, y después las fortalezas de Salvatierra, Baños de la Encina y Capilla, acordándose que mientras no se le entregasen estas últimas, habría una guarnición cristiana en la alcazaba de Baeza.
El Baezano terminó siendo asesinado en Almodóvar del Río por su propio visir, pero el Alcazar de Baeza ya había sido entregado a Fernando III en cumplimiento de su pacto suscrito en Baños de la Encina.